El importante aumento de la población de adultos mayores en nuestra sociedad, ha generado numerosos estudios en los que se valora el funcionamiento cognitivo de este grupo de población.
Al envejecer, los sistemas biológicos del organismo se afectan, lo que se traduce en una merma en su funcionamiento. Este proceso también se evidencia en el cerebro, el cual disminuye de peso y tamaño a medida que la edad aumenta. Debido a estos cambios, se comprometen algunos procesos cognitivos, principalmente la velocidad de procesamiento, la atención y la memoria. Generalmente, esto se evidencia en algunas dificultades menores que se presentan lenta y progresivamente en el tiempo, como olvidar dónde se dejó algún objeto, no recordar una cita, "perder el hilo" de una conversación o tener dificultad para acordarse de los nombres de las personas que se conocen recientemente. Se sabe que estos cambios se presentan de manera distinta y con intensidad diferente en las personas, en lo que influye principalmente los años de escolaridad, la ocupación laboral y el nivel intelectual previo. Y que el impacto que pueden tener en el desempeño de un individuo guarda una estrecha relación con las expectativas, intereses, roles y ocupaciones del mismo.
Sin embargo, las funciones cognitivas que se van comprometiendo al envejecer, se pueden fortalecer a través de programas de Estimulación Cognitiva y rehabilitación neuropsicológica, diseñados especialmente para ello.
La estimulación cognitiva tiene como propósito conservar la capacidad intelectual y enseñar estrategias que permitan enlentecer y compensar los cambios en el procesamiento mental que se producen con el aumento de edad.
Doña Alba Guajardo Val. Neuropsicóloga.