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Terapia de Adultos: Estrés

¿QUÉ ES EL ESTRÉS? El estrés es la consecuencia de la adaptación de nuestro cuerpo y nuestra mente a los cambios...

TIPOS DE ESTRÉS

ETAPAS DEL ESTRÉS

ALTERACIONES PRODUCIDAS POR EL ESTRÉS

ALGUNAS CAUSAS EN NUESTRO VIVIR DIARIO QUE OCASIONAN ESTRÉS

TRATAMIENTO DEL ESTRÉS

OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO

Nos dedicamos a ti. En Pozuelo desde 1997.

Centro Sanitario autorizado por la Comunidad de Madrid. Consulta de Psicología nº CS9146 - Aviso Legal AtenPsi

 

 

 

 

     

    ¿QUÉ ES EL ESTRÉS?

    Desde que Hans Selye introdujo en el ámbito de la salud él termino estrés, se ha convertido en una de las palabras más utilizadas, tanto por los profesionales de las distintas ciencias de la salud, como en el lenguaje común de la calle.


    El estrés es la consecuencia de la adaptación de nuestro cuerpo y nuestra mente a los cambios. En términos más científicos, es la reacción fisiológica, psicológica y de comportamiento de un individuo que se esfuerza por amoldarse a las presiones tanto internas como externas y por adaptarse a las mismas.


    El estrés no es un fenómeno nuevo ni se limita al mundo occidental; sin embargo en la actualidad, nuestras vidas se han alterado radicalmente: lo que necesitamos saber, los problemas que debemos resolver y las amenazas con que nos encontramos cada día han aumentado considerablemente. Los medios de difusión y la explosión de conocimiento han expandido enormemente nuestros mundos personales. Se estima que vivimos por año mil veces más acontecimientos que nuestros abuelos, pero, ¡el tiempo que tenemos para tomar las decisiones es más o menos el mismo! El resultado es que la presión aumenta y nuestros cuerpos protestan.

     

    TIPOS DE ESTRÉS

    Existen dos tipos de estrés: en primer lugar, si bien cierta medida de estrés es indispensable para nuestra salud y nuestra capacidad productiva, la medida óptima que apunta a un mejoramiento de la salud y el rendimiento se llama fase positiva o eustrés. Y en segundo lugar, si el estrés sigue aumentando, la salud empeora y el rendimiento disminuye; este proceso se considera estrés negativo o distrés.


    Las experiencias estresantes provienen de tres fuentes básicas:

  • El entorno. Se refiere a las condiciones ambientales, como por ejemplo ruidos, aglomeraciones, demandas de adaptación, etc.
  • Las fisiológicas se refieren a nuestro organismo: enfermedad, accidentes, trastornos, etc.
  • Nuestros propios pensamientos.Las amenazas exteriores producen en nuestro cuerpo unos cambios estresantes. Así nuestra forma de reaccionar ante los problemas, las demandas y los peligros, viene determinada por una actitud de lucha o huida, por nuestros propios pensamientos y el estilo de afrontamiento que utilicemos.
  •  

    ETAPAS DEL ESTRÉS

    La Primera etapa es la de alarma. El cuerpo reconoce el estrés y se prepara para actuar intentando eliminar el estrés. Las glándulas endocrinas liberan hormonas que aumentan los latidos del corazón y el ritmo respiratorio, elevan el nivel de azúcar en la sangre, incrementan la transpiración, dilatan las pupilas y hacen más lenta la digestión.

    La segunda etapa es la de resistencia. El cuerpo repara cualquier daño causado por la reacción de alarma. Sin embargo si el estrés continúa en el cuerpo permanece alerta y no puede reparar los daños.

    Y, la tercera etapa es la de agotamiento. Cuya consecuencia puede ser una alteración producida por el estrés. La exposición prolongada al estrés agota las reservas de energía del cuerpo y puede llevar a enfermedades y en situaciones muy extremas a la muerte.

     

    ALTERACIONES PRODUCIDAS POR EL ESTRÉS

    Estos trastornos psicosomáticos generalmente afectan al sistema nervioso autónomo, que controla los órganos internos del cuerpo. Ciertos tipos de jaqueca y dolor de cara o espalda, el asma, úlcera de estomago, hipertensión y estrés premenstrual, son ejemplos de alteraciones relacionadas con el estrés.

     

    ALGUNAS CAUSAS EN NUESTRO VIVIR DIARIO QUE OCASIONAN ESTRÉS:

    a. El Estrés de adaptación

    Cada vez que enfrentamos un cambio tanto si el acontecimiento es agradable como si es desagradable- se rompe la homeostasis y estamos sometidos a estrés durante el período de adaptación al acontecimiento. Llamamos adaptación al proceso de restablecimiento de la homeostasis.
    Un cierto nivel de cambio es deseable e incluso necesario.
    Las situaciones más traumáticas, como pueden ser accidentes, catástrofes o experiencias de guerra pueden ocasionar una alteración llamada "Alteración de Estrés Post-Traumático". Sus síntomas, que pueden tardar meses en aparecer tras observar un estado inicial de aturdimiento, incluyen irritabilidad nerviosa, dificultad en relacionarse con el entorno, recuerdo recurrente del suceso en cuestión, y depresión.
    Los psicólogos Holmes y Rahe realizaron una lista de 43 ítems, en la que se recogen los acontecimientos vitales más estresantes en la vida de las personas. Debemos resaltar que el orden de la lista, podría variar en gran medida en función de las diferencias personales y/o culturales.

    1. Muerte del cónyuge.
    2. Divorcio.
    3. Separación matrimonial.
    4. Encarcelación.
    5. Muerte de un familiar cercano.
    6. Lesión o enfermedad personal.
    7. Matrimonio.
    8. Despido del trabajo.
    9. Reconciliación matrimonial.
    10. Jubilación.
    11. Cambio notable en la salud o en la conducta de un familiar.
    12. Embarazo.
    13. Dificultades sexuales.
    14. Existencia de un nuevo familiar (nacimiento, adopción, etc.).
    15. Reajuste financiero importante (reorganización, quiebra, etc.).
    16. Cambios importantes en el estado financiero (ganar o perder más de lo habitual.
    17. Muerte de un amigo íntimo.
    18. Cambio a una línea o tipo de trabajo distinto.
    19. Incremento importante en las disputas conyugales.
    20. Grandes desembolsos de dinero (compra de casa, negocios, etc.).
    21. Vencimiento de hipoteca o préstamo.
    22. Cambio importante en las responsabilidades laborales.
    23. Abandono del hogar por parte de algún hijo (independencia, matrimonio, etc.).
    24. problemas con la ley.
    25. Triunfo personal sobresaliente.
    25. Esposa que empieza o abandona el trabajo fuera de casa.
    27. Inicio o finalización de la escolaridad.
    28. Cambio importante en las condiciones de vida (nueva casa, etc.).
    29. Cambio de hábitos personales (vestuario, amigos, etc.).
    30. Problemas con los superiores.
    31. Cambio importante en las condiciones o el horario de trabajo.
    32. Cambio de residencia.
    33. Cambio a una nueva escuela.
    34. Cambio importante en el tipo y/o cantidad de tiempo libre.
    35. Cambio importante en la frecuencia de ir a la iglesia.
    36. Cambio importante en las actividades sociales.
    37. Contraer hipoteca o préstamo no muy altos (coche, TV, etc.).
    38. Cambio importante en los hábitos del sueño.
    39. Cambio importante en el número de familiares que viven juntos.
    40. Cambio importante en los hábitos dietéticos.
    41. Vacaciones
    42. Navidades
    43. Leves transgresiones de la ley (manifestaciones, infracción de tráfico)

    b. La frustración
    Experimentamos un estrés de frustración cuando nos encontramos impedidos de hacer lo que deseamos, se trata de adoptar o de aceptar un cierto comportamiento. El sentimiento de frustración es también experimentado cuando estamos impedidos de alcanzar el objetivo que nos proponemos.
    En el plano emocional, reaccionamos a la frustración través de sentimientos de ira, desesperación o agresividad, dichos sentimientos pueden ser exteriorizados o interiorizados.

    c. Los pensamientos negativos
    En ocasiones, ante las situaciones de estrés, las personas realizamos apreciaciones erradas de la realidad: exageramos o dramatizamos, filtramos lo positivo y nos quedamos sólo con lo negativo, es decir, evaluamos de forma amplificada las demandas del entorno. Los psicólogos llamamos distorsiones cognitivas a estas interpretaciones vagas que los seres humanos tendemos a realizar de la situación. Estas distorsiones aumentan la sensación de angustia e impotencia, y pueden ser más definitivas en la permanencia del estrés que los problemas en sí mismos.
    Las distorsiones cognitivas son valorizantes; automáticamente aplican etiquetas a personas y cosas antes de que uno tenga oportunidad de evaluarlas; por otra parte tienden a ser inexactas e imprecisas y tienen un alcance invariablemente general, sin tener en cuenta las circunstancias particulares.
    “No puedo tomar decisiones”
    “No seré capaz de responder a las expectativas de mi jefe, mi mujer, etc.”
    “No me siento capaz”
    “¡Las circunstancias me superan!
    “¡No llego a todo!”d. La auto percepción o autoestima
    La auto percepción es la imagen que se hace el individuo de él mismo cuando se trata de evaluar las propias fuerzas y la autoestima.
    Nuestro comportamiento está determinado, en gran medida, por la idea que tenemos de nosotros mismos y, por lo tanto, desempeña un rol importante en el estrés personal, así como en el dominio de este último.
    Los sujetos cuya autoestima está debilitada y que no tienen mucha seguridad en sus propias capacidades, son mucho más proclives al estrés que aquellos que tienen confianza en sí mismos.


    e. La Ansiedad
    La ansiedad no sólo es un síntoma que refleja estrés, también es una causa suplementaria de estrés.
    El proceso de reacción a la ansiedad comienza por la percepción de un estímulo (persona, acontecimiento, lugar u objeto) experimentado como un desafío o una amenaza, poniendo en funcionamiento un reflejo de miedo. Tales sentimientos de inseguridad se transforman en estimulación física de las glándulas endocrinas o del sistema nervioso simpático. Los procesos mentales pueden movilizar con facilidad las funciones físicas.

    Las personas que reaccionan por medio de la ansiedad están sujetas a un elevado nivel de estrés, que se instala mediante un mecanismo de retroacción.

    Las personas que reaccionan de manera hipersensible al estrés como consecuencia de la ansiedad, son proclives a:

    - preocuparse inútilmente
    - dramatizar las cosas
    - revivir momentos pasados desagradables
    - tener una visión pesimista de la vida

    f. La Sobrecarga
    La sobrecarga o excesiva estimulación es el estado en que nos encontramos cuando los requerimientos del medio sobrepasan nuestra capacidad para satisfacerlos.

    Los principales factores que contribuyen a la sensación de un exceso de requerimientos son cuatro:

    1. La falta de tiempo
    2. FI exceso de responsabilidades
    3. La falta de apoyo
    4. Expectativas demasiado grandes con respecto a nosotros mismos y a nuestro entorno.

    g. El Estrés de Privación
    Cuando nuestras facultades mentales y emocionales no están lo suficientemente solicitadas y estimuladas, este estado puede provocar estrés y un estado deficiente de salud. De este modo, las probabilidades de aparición de un infarto son notablemente más elevadas durante los dos primeros años que le siguen al retiro laboral.

    Este estado, que corresponde a un nivel de estrés/estimulación insuficiente, conduce al aburrimiento o a la soledad, un estado de carencia emocional que se refleja a menudo por una pérdida de la autoestima (la que por sí sola es origen de estrés) y, en casos extremos, puede provocar comportamientos autodestructivos como la toxicomanía e incluso el suicidio.

    Tareas altamente repetitivas o tareas que no exigen lo suficiente de la persona que las lleva a cabo, también pueden conducirnos al estrés de privación.

    h. La Falta de Control sobre los acontecimientos o Indefensión
    Entre todos los agentes estresantes, uno de los más poderosos es la ausencia de influencia - real o imaginaria- sobre los acontecimientos.

    El estrés que deriva de la pérdida de dominio ataca particularmente a tres categorías de personas.

    Las que ejercen profesiones con poca toma de decisión, lo que provoca aburrimiento y un sentimiento de impotencia.

    Las que tienen grandes responsabilidades pero poco poder de decisión, en particular en el entorno profesional.

    Los sujetos que experimentan fuertemente la necesidad de ejercer control sobre la propia vida y sobre la vida de su entorno (las personalidades del tipo A entran en esta categoría)

    i. Hipoglucemia
    Los síntomas de hipoglucemia (ansiedad, dolores de cabeza, mareos, temblores y actividad cardiaca incrementada) pueden transformar los estímulos normales en agentes estresantes agudos y disminuir nuestra tolerancia a la frustración.

    La hipoglucemia por reacción, provocada por una elevada ingestión de azúcares durante un espacio limitado de tiempo, o incluso la hipoglucemia funcional, que aparece cuando se saltea alguna de las comidas, son, tanto una como la otra, generadoras de estrés.

    j. Exceso de alimentos y sub-alimentación
    No es casual que los malos hábitos alimenticios contribuyan al estrés o incluso sean su causa. El consumo de ciertos alimentos puede aumentar el estrés de la vida cotidiana, tanto al estimular directamente la reacción del sistema simpático al estrés, como al contribuir a estimularla estableciendo un estado de cansancio y de incrementada irritabilidad nerviosa.

    Una excesiva ingestión de alimentos desemboca en la obesidad, la que provoca un mal estado de salud y una serie de enfermedades. Del mismo modo, la absorción de calorías en cantidad insuficiente, así como una alimentación mal equilibrada, disminuye nuestra resistencia al estrés.

    No sólo es importante tener muy en cuenta lo que comemos y la cantidad que comemos, sino que, también, debemos considerar la manera en que comemos.

    k. El tabaquismo
    El tabaco contiene nicotina, un agente simpaticomimético que desencadena, al igual que la cafeína, una reacción de estrés. La nicotina estimula las glándulas suprarrenales, y, a su vez, éstas liberan las hormonas que ponen en funcionamiento la reacción de estrés: por un lado, aumento de la frecuencia cardiaca, de la tensión arterial y de la frecuencia respiratoria, y, por el otro, estímulo de la liberación de ácidos grasos y de glucosa en la sangre. Fumar (aunque fuera un solo cigarrillo) puede provocar un significativo aumento del nivel de adrenalina en la sangre.

    Los efectos de la nicotina y de la cafeína ejercen una acción sinérgica.

    l. El ruido
    Puede suceder que el ruido sea un origen de estrés por estimulación del sistema nervioso simpático, provocando una irritación y disminuyendo el poder de concentración.

    Este agente estresante es capaz de producir cambios en las principales funciones fisiológicas, como por ejemplo, a nivel del aparato cardiovascular, conservando en forma continua niveles altos de hormonas del estrés.

     

    TRATAMIENTO DEL ESTRÉS

    La terapia cognitivo-conductual cuenta con una base científica, proveniente de la Psicología Experimental, de las teorías de Aprendizaje y del Procesamiento de la Información.

    Las técnicas utilizadas en esta terapia actúan a nivel fisiológico (cuerpo), emocional (sentimientos), cognitivo (pensamientos), y comportamental (comportamientos o conductas).

    La terapia tiene como objetivo enseñar a la persona a construir pensamientos, a emocionarse, a comprender y a controlar sus síntomas corporales; formando nuevas secuencias no patológicas, incompatibles con el trastorno que padece.

    El propósito es que estas nuevas formas sean asimiladas como un repertorio de recursos disponibles dentro del conjunto de la personalidad.

    La ayuda psicológica permite al paciente aprender a resolver con más eficacia los problemas que puedan surgir, así como a detectar y debatir posibles pensamientos negativos que entorpezcan su vida cotidiana.

    Técnicas utilizadas:

    - Psicoeducación: explicaciones acerca de la naturaleza de la ansiedad.

    - Técnicas de respiración y relajación. El objetivo fundamental de los métodos de relajación consiste en la producción bajo control del propio sujeto de estados de baja activación del sistema nervioso autónomo. Estos estados de baja activación se logran como una consecuencia del establecimiento de determinadas actitudes y actividades cognitivas. Su logro repercutirá en un mayor autocontrol de sus conductas emocionales, comportamentales e intelectuales.

    - Técnicas de reestructuración cognitiva (cambio de pensamientos). Retos a creencias negativas o disfuncionales; reemplazo de pensamientos negativos; técnicas para entablar auto-charlas positivas; técnicas específicas para tratar la ansiedad provocada por el estrés; etc.

    - Técnicas de exposición en imaginación y en vivo a situaciones estresantes. El tratamiento del estrés pasa por enseñar a la persona nuevos recursos de adaptación y afrontamiento positivo.

    Primero se evalúa al paciente a través de entrevistas, test y cuestionarios; posteriormente se le entrega un diagnóstico a partir del cual, se traza el plan específico de tratamiento.

    En el caso de que el paciente reciba medicación, se realizan informes al psiquiatra para darle a conocer los progresos psicológicos que permitan la disminución de la medicación hasta su suspensión final.

     

    OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO

    Desarrollo de una actitud positiva: la actitud de un individuo puede influir en que una situación o una emoción, sea estresante o no. Una persona con una actitud negativa suele percibir muchas situaciones como estresantes y así, responde con más estrés de lo que lo haría una persona con una actitud positiva.


    Mejora del bienestar físico: En primer lugar, un mal estado nutricional puede estar relacionado con elección de alimentos poco saludables, consumo alimenticio inadecuado y horario de comidas errático. Si el estado nutricional de una persona es deficiente, el cuerpo está estresado y la persona no es capaz de responder ante una situación estresante.
    Además, la actividad física tiene muchos beneficios fisiológicos y un programa de actividades físicas consistente puede contribuir a disminuir la depresión si la hay, además de mejorar la sensación de bienestar.


    Aumento de los sistemas de apoyo: la mayoría de las personas necesitan de alguien en sus vidas en quien confiar en un momento difícil. Una cantidad mínima o la ausencia total de sistemas de apoyo hace que las situaciones estresantes sean más difíciles de manejar.


    Los métodos de relajación persiguen la producción bajo control del propio sujeto, de estados de baja activación del sistema nervioso autónomo. Estos estados de baja activación se logran como una consecuencia del establecimiento de determinadas actitudes y actividades cognitivas. Su logro repercutirá en un mayor autocontrol de sus conductas emocionales, comportamentales e intelectuales.

 

 
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