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Terapia Infantil: Conducta Desobediente

Síntomas. Un niño con conducta desobediente suele tener accesos de cólera, rabietas, discute con los adultos, no cumple sus tareas, hace cosas que sabe que molestan a otros, acusa de sus errores o problemas a otros, se siente fácilmente molesto o puede ser muy quisquilloso o rencoroso.

Tratamiento. Para tratar este problema es especialmente importante contar con los padres, ya que estos van a ser fundamentales en el descenso de la oposición, desafío y agresividad del niño, a la vez que con el entrenamiento a padres se sentirán mejor y bajará el nivel de estrés familiar.

Entrenamiento a padres

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Síntomas

Un niño con conducta desobediente suele tener accesos de cólera, rabietas, discute con los adultos, no cumple sus tareas, hace cosas que sabe que molestan a otros, acusa de sus errores o problemas a otros, se siente fácilmente molesto o puede ser muy quisquilloso, rencoroso o vengativo.

 

 

Tratamiento

Para tratar este problema es especialmente importante contar con los padres, ya que estos van a ser fundamentales en el descenso de la oposición, desafío y agresividad del niño, a la vez que con el entrenamiento a padres se sentirán mejor y bajará el nivel de estrés familiar.

Con el niño pueden realizarse sesiones en las que el niño aprenda a reconocer las emociones negativas (ira, tristeza, vergüenza...) para una vez reconocidas, el niño pueda aprender a afrontar esas situaciones con respuestas más adaptativas y funcionales.

Además, se hace modelado con el psicólogo (este servirá de modelo de conducta al niño) que consiste en aprender nuevas maneras y conductas de enfretarse a los conflictos, empezando por tareas sencillas y atractivas para luego pasar a otras más complicadas y conflictivas. El niño participará en la evaluación de las tareas, dando las posibles soluciones al conflicto y analizando las consecuencias asociadas a cada una de ellas.

 

Entrenamiento a padres

Existen conductas aversivas rudimentarias, como el llorar, que son instintivas en el recién nacido. Dichas conductas podrían considerarse adaptativas en el sentido evolutivo, ya que moldean rápidamente a los padres en las habilidades necesarias para la supervivencia del hijo (por ejemplo, el niño llora cuando tiene hambre). Supuestamente, conforme crecen, la mayoría de los niños sustituyen las conductas coercitivas rudimentarias (conductas que se realizan para obtener los deseos de forma coercitiva o negativa, por ejemplo el llorar, la pataleta, los gritos, etc. ), por habilidades sociales y verbales más apropiadas .

Sin embargo, una serie de condiciones podrían aumentar la probabilidad de que algunos niños continúen empleando estrategias de control aversivas para controlar el medio que les rodea.

Los padres tenéis una función vital en el entrenamiento. Siguen algunos ejemplos de cómo los padres, involuntariamente habéis podido mantener este tipo de conductas poco apropiadas.

En este ejemplo el niño aprende que si se ríe, lloriquea, grita o patalea, sus padres retirarán la orden y no tendrá que obedecer, con lo que el mecanismo de control que utiliza resulta apropiado para conseguir lo que quiere.

En este ejemplo, la cada vez más intensa conducta coercitiva de los padres, es reforzada por la obediencia del niño, es decir, que la única manera de que el niño obedezca es terminar chillando.

Conforme se sucede este "entrenamiento" durante largos periodos, se produce un aumento significativo de la tasa y la intensidad de estas conductas coercitivas, ya que los miembros de la familia son reforzados por llevar a cabo respuestas agresivas. Además, el niño observa también a sus padres llevando a cabo respuestas coercitivas, con lo que también las aprende por modelado.

Es necesario romper este círculo y enseñar al niño habilidades para que trate de controlar el medio de una manera más eficaz y consecuente con su edad.

¿Cómo podemos modificar este estilo de control?

•  Con Reforzamiento positivo:

Alabanzas, contacto físico, atención positiva, con sistemas de puntos o fichas. El sistema de puntos consiste en realizar una tabla en la que el niño tenga que ir apuntando cuando ha realizado una conducta de manera apropiada y obtenga un premio cuando consiga reunir tantos puntos o fichas. Es necesario que la conducta a aprender sea concreta y específica (no vale "portarse bien en general", sino "levantarse sin protestar por la mañana", etc.). También es necesario para que el sistema funcione, que el refuerzo sea contingente a la respuesta, es decir, que se dé inmediatamente después de que el niño ha realizado la respuesta correctamente). Otro requisito indispensable es que el refuerzo o premio, sea relevante para el niño , con lo que tendremos que pactar con él y por adelantado el premio que va a recibir cuando consiga los puntos necesarios.

•  Extinción e ignorar.

Esta técnica supone el hacer caso omiso de ciertas conductas negativas del niño que no tengan una importancia excesiva. El niño busca atención con cada cosa que hace y es preferible no prestársela con cosas insignificantes para no saturar al niño con reprimendas.

•  Instrucciones claras.

  No utilizar ordenes en las que el niño no tenga la oportunidad de demostrar la obediencia debido a su vaguedad o a la interrupción por parte de los padres (p. ej. "Actúa según tu edad", "No seas un niño")

Utilizar órdenes concretas, con frases simples, una orden en cada vez, sin interrupciones, esperando 5 segundos antes de dar un aviso.

•  Tiempo fuera

 

Durante el tiempo fuera debe permanecer durante un tiempo sentado en una silla. No se le mira, ni se le habla ni se le toca, y el niño debe estar quieto y callado el tiempo estipulado (1 minuto por cada año de edad del niño). Si el niño no acepta el tiempo fuera, debemos ser constantes e insistir en ello.

Después del tiempo fuera, hemos de repetir la orden y comenzar de nuevo la secuencia.

* Nota: La información facilitada en este portal es sólo de carácter orientativo. Recuerde que únicamente el profesional de la salud está capacitado para efectuar un diagnóstico.

 

 

 

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