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Terapia de Adultos: Duelo

¿QUÉ ES DUELO?

CARACTERÍSTICAS DEL DUELO NORMAL

TAREAS PARA ELABORAR EL DUELO

FACTORES QUE RODEAN AL DUELO

DUELO PATOLÓGICO O NO RESUELTO

Nos dedicamos a ti. En Pozuelo desde 1997.

Centro Sanitario autorizado por la Comunidad de Madrid. Consulta de Psicología nº CS9146 - Aviso Legal AtenPsi

 

 

 

 

 

¿QUÉ ES EL DUELO?

 

El duelo es una merma de bienestar y salud provocado por una pérdida. Esta puede ser de diferentes tipos: divorcio, amputación, despido, experiencias de violencia pero aquí vamos a centrarnos en la provocada por la muerte de un ser querido. Así, el duelo es el proceso de recuperación tras el fallecimiento de un ser querido. Es un período de adaptación al sentimiento de pérdida.

Para entender cómo afecta la pérdida hay que entender que es el apego.

El apego es la manera en que establecemos vínculos con los que nos rodean, y la influencia que tienen estos en su propia ruptura.

Según Bowlby, los apegos vienen de la necesidad temprana de protección y seguridad. El tipo de apego formado condicionará la manera en que el niño crece y los vínculos afectivos que crea en el futuro. Esto influirá en el proceso de adaptación a la pérdida de un ser querido.

 

CARACTERÍSTICAS DEL DUELO NORMAL

La descripción de los siguientes síntomas es habitual en este estado pero no se dan en todas las personas, ni en cantidad ni en intensidad. Es una lista orientativa.

La recuperación o vuelta a un estado similar al anterior al fallecimiento del ser querido conlleva un tiempo, y puede ser total o incompleta por una parte, e inadecuada por otro lado.

Sentimientos

•  Tristeza: es un sentimiento muy común.

•  Enfado: suele ser desconcertante. Puede generar problemas en la elaboración del duelo.

•  Culpa y Autorreproche: es por lo general, irracional.

•  Ansiedad: viene por la sensación de inseguridad en uno mismo, y por la mayor conciencia de la propia mortalidad.

•  Soledad: puede ser emocional y/o social.

•  Fatiga: pude indicar depresión.

•  Impotencia.

•  Shock: se da más en las muertes repentinas.

•  Anhelo: relacionado con la tristeza.

•  Emancipación: hace referencia a un posible cambio de estatus.

•  Alivio: sucede en enfermedades largas o dolorosas. Está asociado a sentimientos de culpa.

•  Insensibilidad: es más propio del inicio del duelo. Puede ser respuesta de bloqueo ante tantas emociones juntas.

 

Sensaciones Físicas

•  Vacío en el estómago.

•  Opresión en el pecho.

•  Opresión en la garganta.

•  Hipersensibilidad al ruido.

•  Sensación de desesperación.

•  Falta de aire.

•  Debilidad muscular.

•  Falta de energía.

•  Sequedad de boca.

•  Pensamientos

•  Incredulidad.

•  Confusión: diferencia para concentrarse. Olvidos.

•  Sentido de presencia: ligado al sentimiento de anhelo.

•  Alucinaciones: pueden ser auditivas y visuales. No se sabe muy bien la causa. Suelen ser pasajeras.

•  Conductas

•  Trastornos del sueño: se corrigen solos si hay normalidad.

•  Trastornos alimentarios.

•  Conducta distraída.

•  Aislamiento social.

•  Soñar con el fallecido.

•  Evitar recordatorios del difunto.

•  Buscar y llamar en voz alta.

•  Suspirar: está unido a la falta de respiración.

•  Hiperactividad desasosegada.

•  Llorar.

•  Visitar lugares o llevar consigo objetos que recuerdan al fallecido.

•  Atesorar objetos que pertenecían al fallecido.

 

 

TAREAS PARA ELABORAR EL DUELO

Se podrían denominar fases que conlleva el duelo pero son tareas porque este no es algo meramente pasivo. Se pueden hacer cosas para que éste sea mejor o peor. Hay que reseñar que no todo el mundo pasa estas tareas de la misma manera y en el mismo orden. Resaltar que es un proceso que se da progresivamente.

•  Tarea I: aceptar la realidad de la pérdida.

Hay una sensación inicial de irrealidad. Hay que afrontar que en la vida que nos queda el reencuentro no es posible, y que el fallecido no volverá.

Es típico negar esta realidad. Hay muchos grados y formas, algunas patológicas que impiden un duelo adecuado. La aceptación de la pérdida tiene que ser intelectual pero sobre todo, emocional. Aunque la cabeza nos diga que se ha ido nos podemos sorprender buscando al ser querido, lo que indicaría una no aceptación emocional.

•  Tarea II: trabajar en las emociones y el dolor de la pérdida.

Es muy importante experimentar el dolor que se tiene y no evitarlo. El grado será diferente según el vínculo. El dolor tarde o temprano acabará apareciendo, y es mejor no retrasarlo demasiado, ya que complicará su asimilación. Hay otras emociones importantes como la ira, la culpa, la soledad y la angustia.

•  Tarea III: adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente.

•  Adaptaciones Externas: el fallecido tenía unos roles determinados antes de fallecer. Cuesta un tiempo darse cuenta de eso, e implica una reestructuración en muchos aspectos para cubrir o cambiar huecos que se han dejado.

•  Adaptaciones Internas: la pérdida de un ser querido puede replantear como se ven las persona a sí mismas. Muchas veces se es función del otro y la desaparición de éste nos hace cuestionar nuestra percepción de eficacia y seguridad.

•  Adaptaciones Espirituales: Nuestras creencias acerca del mundo, nuestros valores y creencias filosóficas se pueden ver alteradas, y reajustadas. Es posible una sensación de pérdida de rumbo en nuestra vida.

•  Tarea IV: recolocar emocionalmente al fallecido y continuar.

Consiste en darle un espacio al ser querido que ligue al fallecido con nosotros pero de tal manera que nos permita seguir viviendo.

 

 

FACTORES QUE RODEAN AL DUELO

Son factores que influyen en el desarrollo, complejidad, duración y resolución del duelo, además de la huella posterior que queda en la vida del superviviente.

•  Cómo era la persona: las características de esta y las circunstancias de su fallecimiento. No es lo mismo un hijo, que un pariente lejano.

•  Naturaleza del apego: la intensidad del amor (fuerza del apego); cómo era de necesario el fallecido en la sensación de bienestar del superviviente (seguridad del apego); si los sentimientos negativos eran muy parejos a los positivos creando sentimientos encontrados (ambivalencia en la relación); conflictos con el fallecido y relaciones de dependencia.

•  Manera de morir: suele ser natural, accidental, suicidio y homicidio. Cambia mucho la reacción en función de cual haya sido la causa de la muerte. Hay que tener en cuenta además:

•  Proximidad geográfica del fallecimiento.

•  Muerte imprevista o esperada.

•  Muerte violenta o traumática.

•  Pérdidas múltiples.

•  Muertes evitables.

•  Muertes ambiguas: no se recupera el cuerpo o no se tiene la certeza de si ha muerto o no.

•  Muertes estigmatizadas.

•  Antecedentes históricos : si ha habido pérdidas anteriores es importante como se elaboraron sus duelos. También es relevante la salud mental anterior al fallecimiento. La historia familiar puede influir sobre el proceso de recuperación.

•  Variables de personalidad :

•  Sexo y edad.

•  Estilo de afrontamiento.

•  Estilo de apego.

•  Estilo cognitivo.

•  Fuerza personal: autoestima y eficacia personal.

•  Mundo de supuestos: creencias y valores.

•  Variables sociales :

•  Disponibilidad de apoyo.

•  Apoyo satisfactorio.

•  Desempeño de roles sociales: cuantos más se tengan mejor es la adaptación.

•  Recursos religiosos y expectativas éticas.

•  Tensiones actuales con el entorno.

 

 

DUELO PATOLÓGICO O NO RESUELTO

Es difícil definirlo porque hay comportamientos, sentimientos y pensamientos supuestamente anormales que se dan en un duelo normal. La situación en la que se ve inmerso el superviviente hace que, a veces, pueda tener reacciones inesperadas y chocantes. Una manera de poder clasificar el duelo como patológico puede ser cuando se da alguno de estos estados:

•  Duelo crónico: el duelo dura demasiado y no acaba de llegar a un punto satisfactorio. La persona suele ser consciente de ello. Hay aspectos no resueltos que no ayudan a cerrar el proceso.

•  Duelo retrasado: la elaboración del duelo no fue adecuada o se inhibió, y en una época posterior, cuando se da otra pérdida propia o de otros, la reacción es excesiva.

•  Duelo exagerado: la persona es consciente de que sus reacciones son desmedidas y sus comportamientos son inadecuados e inadaptativos. Es normal sentirse triste y deprimido tras una pérdida pero no es habitual caer en una depresión clínica. Lo mismo si aparece una ansiedad desproporcionada, o un abuso de alcohol u otras sustancias provocado por la muerte del ser querido.

•  Duelo enmascarado: el individuo presenta síntomas y comportamientos que le molestan pero no establece la relación de estos con la pérdida. Puede haber síntomas físicos (algunas veces, síntomas que tenía el fallecido) y algún tipo de conducta aberrante o desadaptativo.

 

 

 
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