¿En qué consiste el tratamiento?
Lo primero, es conveniente realizar una evaluación del problema que se va a tratar.
Es importante anotar la existencia de relación entre evaluación y tratamiento. Ambos aparecen desde la primera sesión, de forma que la primera guiará al segundo, y éste reconducirá (si es necesario) a una re-evaluación.
El número y frecuencia de las sesiones de tratamiento variará en función de distintos factores, tales como la intensidad y gravedad del problema, la disponibilidad del paciente, la urgencia en la necesidad de los cambios...
El cliente, una vez asesorado por el/la psicólogo/a, es el que decide cuánto dura el proceso de terapia y que tipo de tratamiento desea seguir.